Degenerados decentes.




Señalados y proscritos.
Criticados y excluidos.
Observados con recelo.
Secretamente envidiados.

Descritos como indecentes.
Casi siempre censurados.
Objeto, a veces, de burlas
y, en ocasiones, odiados.

Poseedores  del defecto
que escandaliza a los torpes
de no disfrazar sus actos
y llamarlos por su nombre.

Si se modela la arcilla
dibujando nuevas formas,
es necesario ensuciarse
e impregnarse de ese limo.

Así que… no son inmundos,
desleales o malignos.
Tan sólo son artesanos
construyendo su destino.



Comentarios

  1. Un bello y creciente destino entre dos...
    Mis saludos y un gusto disfrutar de sus pensamientos.

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