Retomando el pulso.
Mientas somos testigos de los
últimos coletazos estivales, toca ir recuperando viejos hábitos; posiblemente,
menos desenfadados que los que veníamos desplegando hasta hace bien poco y, por
otra parte, bastante más centrados en la consecución de objetivos más
prosaicos. Las agujas del reloj tienden a recuperar buena parte del
protagonismo que les habíamos sustraído durante el verano y; paulatinamente, de
manera insoslayable; vamos adentrándonos de nuevo por entre los conocidos
paisajes de nuestras acostumbradas rutinas.
Existen, no obstante, diversos
grados de rutina y…; aunque todo pueda ser calificado como episódico cuando se
le aplica un baremo temporal lo suficientemente amplio; algunas de ellas no
dejan de resultarnos tentadoras y apetecibles cuando estamos dispuestos a
respetar las pausas pertinentes y ceñirnos al ritmo que resulte más apropiado a
cada secuencia.
Dicen que todo tiene su momento y quizás el truco esté en aprovechar cada momento al máximo y no olvidarnos de lo que hemos vivido, de lo que hemos sentido, de lo que hemos compartido para crecer y creer, creer como cuando niños, iusionarnos de nuevo y...porque no, sorprendernos de nuevo...no crees? ;)
ResponderEliminarA Tu lado todo tiene otro color, incluso cuando ya ha pasado y llega algo nuevo lo que dejamos atrás sigue estando presente...y sigue siendo precioso...
Gracias por todo mi Señor.
A Tus pies