Palabras que son ceniza.
No queda tiempo,
todo es urgente
y, como criaturas
desorientadas,
nos movemos veloces
aunque sin rumbo, sin
destino,
entrechocando los unos
con los otros
en nuestro errático
avance,
sin percatarnos de
que apenas importa
pues pocos son los
que saben
hacia dónde se
dirigen.
Entre tanto
desconcertado propósito,
entre todas esas
voces de protesta amplificada,
a duras penas, la
razón busca su hueco
en el reducido
espacio sobre el que fiamos nuestro futuro,
segmento ínfimo que
es el que media entre nuestros ojos
y la punta de
nuestras narices.
No hay lugar para
reflexiones pausadas
y se prescinde de los
sabios consejos
que el tiempo,
desinteresadamente, nos regala.
Enseñanzas que,
otrora, dieron muestras de su valía
languidecen
invisibles; que no ocultas,
al alcance de la
mano.
Y ese saber accesible
permanece enmudecido,
consumido velozmente por
la llama del hastío
y reducido a cenizas por
alientos exaltados.
Si un orden todo es caos.
ResponderEliminarBuena reflexión nos deja esta noche, Señor.
Sólo hay accidentes de circulación y la necesidad de pagar un seguro a terceros.
ResponderEliminarA veces, o siempre, dicen que en el caos está el equilibrio.
ResponderEliminarYo sigo creyendo en los valores que me enseñaron desde niña y sigo pensando en que somos seres sociales, pero perdemos tantas cosas por el camino... incluso a nosotros mismos.
Muy buen día, Caballero.
Saludos :-)