Rincón lánguido.
Son, estos, días de transición,
de adaptación a la normalidad tras la resaca navideña, de retorno a la habitual
y…, hasta cierto punto, añorada rutina con sus familiares ritmos.
Llegados a este punto; comienzos
del mes de enero; me viene aconteciendo, desde hace ya varios años, algo así
como una especie de necesidad súbita de
abrir un “periodo de reflexión” en el cual poder repasar el rumbo de mi
existencia más reciente alejado de estridencias y fuegos de artificio.
El rincón que hoy se asoma a la
ciudad prescinde, como veis, de cualquier forma de ornato o de pompa que
pudieran dar lugar a la distracción. Sólo la pálida luz invernal parece cobrar
cierto protagonismo, pero sin menguar (más bien, al contrario) ese halo de
introspección sosegada que parece teñir toda la escena.
Sin duda resulta un buen lugar
para elucubrar, con el debido esmero, cuál es el mejor modo de poner en práctica
todos esos propósitos que solemos albergar cada vez que damos comienzo a un
nuevo año.
Que disfrutéis todos de una feliz y “reflexiva” jornada de domingo.
Suele ocurrirme lo mismo que a Ti por estas fechas pero en cambio este año, supongo que por el ritmo que últimamente lleva mi vida, solo me llama la necesidad de descanso, dejar la mente en blanco y olvidar por unas horas todo lo que esta pendiente...
ResponderEliminarEste rincon me atrae para ese fin, tumbarme sobre esa mullida cama y fijar mi mirada en la luz que se abre paso, mirada fija, perdida, mientras mi mente se calma y mi cuerpo la acompaña...
Te imagino a mi lado, usado la estancia para un fin distinto pero compartido...
Besines dulces
A Tus pies
Distintos o no, cualquier rincón esconde a tu lado múltiples fines.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce y "versátil" sierva.