La otra Qarpadia.
Por el hecho de estar incidiendo
de forma tan reiterada sobre sus rasgos más distintivos, puede que esté
contribuyendo a generar una visión excesivamente simplista y parcial acerca del
cotidiano devenir de los asuntos qarpadios. No juzguéis con excesiva severidad
mi querencia hacia este tipo de cuestiones, pues resulta bastante lógico sentir
un interés especial por todo aquello que se nos antoja “exótico” y novedoso cuando arribamos a nuevos destinos. Pero; por
otro lado; sería muy injusto por mi parte no dejar constancia también de esas
otras facetas menos llamativas a primera vista, más “sosegadas” o, por así decirlo, “comunes”.
En estos días otoñales; tan
apropósito para pasear y perderse sin seguir ningún rumbo preestablecido; uno
puede encontrarse con numerosos ejemplos de ese otro “tempo” más calmado e igualmente sentido aunque no resulte tan
visiblemente apasionado.
Ahora que ya llevo cierto tiempo
familiarizándome con el estilo de vida que se practica en estos contornos, si
dejamos de lado la arrebatada estridencia que pudiera destilarse en momentos
puntuales a ojos del neófito, no son tantas las diferencias que manifiesta el “paisaje humano” imperante en estas tierras con el que
podríamos encontrarnos en cualquier otra parte del mundo. Pero es que incluso
en aquellas otras situaciones en las que pudiera primar un sentimiento de
voluptuosidad mucho más acentuado, tampoco puede decirse que tales
circunstancias resulten intrínsecas a quienes habitan Qarpadia; por lo que tal
vez resulte pertinente sugerir que cualquier lugar resulta propicio para que se
manifieste ese espíritu tan propio a las gentes que pueblan estos lugares. Me atrevería,
incluso, a decir que, en determinados momentos, más de uno de los que me estáis
leyendo, habréis hecho de vuestras estancias o rincones preferidos algo así
como una “embajada qarpadia”.
Creo que tienes mucha razón en esa afirmación pues poco a poco, bajo el influjo Qarpadio todo a mi alrededor adquiere esa otra visión pero a la vez no pierde su pura esencia en la que, si nos fijamos un poquito, encontramos un encanto diferenciador en los detalles que a simple vista pasan desapercibidos, y en ellos también encuentro mucho por gozar.
ResponderEliminarTambién es cierto, que en esos otros lugares cerca de Qarpadia el ruido nubla la visión y en ocasiones no vemos mas que la sombra oscura de la cara menos afable.
En cualquier rincón hay que crear el nuestro propio, integrado pero diferenciado...
Besines dulces
A Tus pies
Es como un hogar que se va construyendo paso a paso, una patria que no se haya aprisionada por fronteras, un refugio en el que cobijarse con tan sólo cambiar nuestro enfoque.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce e "indagadora" sierva.