Rincón desenfadado.
Tras la constante necesidad de
mantener las apariencias, de mostrarnos útiles y resolutivos, de ganarnos el
pan (unos tras haber “sudado” más que
otros), se asienta la idea de que nuestros esfuerzos van a merecer la pena. No obstante;
no me preguntéis el por qué; cada vez con mayor frecuencia acude a mi mente esa
frase que nos recomienda: “Trabaja para
vivir, no vivas para trabajar”.
Son tiempos complicados y muchos dirían
que…, esto que apunto, tan solo es una pobre escusa a la que recurren “vagos y maleantes” para desentenderse
de sus responsabilidades. Pero yo no creo que la frase en cuestión pueda ser
considerada como una invitación a la desidia. Opino, más bien, que se trata de
firme alegato a favor de establecer unas prioridades personales muy claras y
precisas. Aunque… claro, en este mundo sujeto a tantos imperativos, tan
condicionado por los intereses generales (si bien me gustaría conocer a qué porcentaje
de población se nos incluye dentro de esa “generalidad”),
no resulta políticamente correcto reclamar más tiempo para nosotros mismos y,
cuando lo hacemos, se nos tacha de insolidarios. Es posible que así sea, pero
cabría formularse una pregunta: “Insolidarios…
¿con quién?” Ahí lo dejo.
Como en esta ciudad; ya lo sabéis;
vamos un poco contracorriente, lo que yo os propongo es que os olvidéis de toda
esa “mascarada” ética y moral y tratéis de disfrutar, en cambio, de todo aquello
que os reporta esa serenidad de la que
tanto depende nuestro buen juicio. Esa ha sido mi premisa a la hora de escoger
el rinconcito de esta semana (aunque bien pudiera ser cualquier otro, lo dejo
en vuestras manos). A mí, al menos, me inspira serenidad. Lo intuyo cómodo
aunque sin excesivos lujos, abierto y luminoso, sencillo y con un toque
intimista. Yo le daría mi aprobado, e incluso con nota. ¿Os parece a vosotros
una elección acertada?
Que paséis todos una feliz y serena
jornada dominical.
Sin duda un rincon que invita a la desconexion y al descanso mientras se combinan placenteras caricias y miradas lascivas que hablan del deseo de compartir un cuerpo y una esencia..
ResponderEliminarJunto a Ti mis anhelos...
A Tus pies
Besos dulces
Tus palabras resultan ser un fiel reflejo de hasta qué punto nuestras valoraciones personales llegan a condicionar; para bien o para mal; nuestra percepción del entorno.
EliminarCasi cualquier "rincón" puede ser bueno si se ve acompañado de una actitud adecuada.
Un beso y un azote, mi dulce y pragmática sierva.