Mírame.


No te evadas temerosa
hacia el refugio en tu mente
ni me prives de las cosas
que tus pupilas revelan.

Aunque entregada y paciente,
a mis placeres rendida,
no por ello estés ausente
ni te sientas oprimida.

Ten presente tu obediencia;
en eso no hay excepciones;
mas no te muestres cohibida
cuando vivas tus pasiones.

Por eso, cuando te ofreces,
cuando a mis pies tú te postras,
no caigas en la tristeza
ni imagines la derrota.

Muéstrame, pues, sin reservas,
sin pretextos recelosos,
el orgullo que alimentas
y que se asoma en tus ojos.




Comentarios

  1. Respuestas
    1. Posiblemente, pero resulta, también, indudablemente, enriquecedora.

      Un cordial saludo, Rosa de Terciopelo.

      Eliminar
  2. Ten por seguro, mi Señor, que así lo haré...

    Quizás no sea de Tu agrado ni hoy ni mañana,
    seguramente deberemos corregir descuidos y desvíos,
    pero mantengo firme mi empeño por servirte
    y dispuesta estoy a disfrutar de mi entrega...

    Si así, mi Señor, es como deseas, así lo obtendrás...
    Paciente y gozosa postrada ante Ti,
    presente y no ausente para darte placer,
    ofrecida y dichosa de ser para Ti,
    para que mi mirada te hable del orgullo que hay en mi...

    Preciosas Tus letras que hablan del deseo que compartimos!!!
    A Tus pies
    Besines dulces

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes, mi dulce sierva, que una de las cosas que más valoro es el hecho de poder constatar un continuo avance, que no ha de ser espectacular, también es cierto, pero sí constante.

      Sé que el camino es largo y no tengo prisa alguna en recorrerlo; más si cabe si, para ello, he de renunciar a que ambos podamos disfrutarlo.

      Un beso y un azote.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares