Esa oscura apetencia.



Orillado ante la cala que tras tus nalgas se oculta,
tentado por esa gruta que entre las dunas se asoma,
siento el oscuro impulso de plantar allí mi enseña
reclamando como mío el secreto que atesora.

Te tomo pues sin recelo y acometo tu estrechura,
que no se diga que apura con su presión este ariete,
y, así, en el dulce gozo de esta unión contra natura,
de ese rincón profundo, surja el placer pertinente.

Uncida de esta manera, tu retaguardia rendida,
franqueado ya ese paso que otras huestes no arremeten,
cedes tu plaza a este cuerpo que tal entrada utiliza
y te fundes en el fuego que a ese portal estremece.


Comentarios

  1. Abrumada por tan directa declaración me invade el deseo de ofrecértelo sin reticencia ninguna, para que ese rincón sucumba al placer que le ofreces en esa oscura apetencia.

    Preciosas palabras que definen aquello que anhelas hacer con esta esclava de Tu pertenencia, y de ese modo me entrego a Ti en ese o en cualquier otro deseo.

    Feliz día mi Señor
    Besos lascivos
    A Tus pies

    ResponderEliminar
  2. "...en ese o en cualquier otro" Toda una declaración, mi dulce sierva, y todo un desafío.

    Pero... qué seguridad tras tus palabras al conocer su sentido; qué profundidad tras su trasfondo al enhebrar su calado; qué orgullo, en definitiva, vislumbrar el sereno alcance de tus atenciones y el dichoso afán por cumplir tus cometidos.

    Un beso y un azote, esclava.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares