El alma incendiada.



Sombríos ecos listados
por mirada inquisitiva
que elude tránsitos claros
emanando del abismo.

Remolinos de palabras,
llamada en la noche oscura,
ojos que acechan fríos
desde un alma en carne viva.

Aliento que, entrecortado,
es la antesala a la asfixia
encaramado en un risco
desmenuzado en mil grietas.

Huida de angustia insana
que lucha al hacerse hueco
entre las horas convulsas
de su pasión desolada.

Querubines que, engañosos,
lanzan dardos imprecisos,
sugiriendo nuevas plazas,
destemplando los destinos.

Sentimiento sin respuesta,
amargo trago ingerido
en ese cáliz robado
de un amor desconocido.

No hay esperanza en el fuego,
no hay paraíso perdido,
solo se intuye en el yermo
ceniza, polvo y olvido.


Comentarios

  1. Sabes que siempre me adentro en Tus palabras, que me sumerjo y dejo que me lleven por la sensaciones que éstas siempre me conceden, pero debo confesar que este viaje no ha sido nada placentero.

    Me compadezco del alma que albergue tanto dolor, que sufra estas agonicas letras en si, y lamento profundamente si soy responsable de ello, pues a nadie le deseo tal tormento.

    Por otro lado, me hace pensar que tan solo quien lo ha sentido en si mismo es capaz de expresar el dolor con esta rotundidad y por ello sufro aún más, y confío que la vida jamás vuelva a causartelo.

    Yo, por mi parte, aunque sea una insignificancia entre todo cuanto posees, procuraré que esa brillante alma que posees viaje siempre en la mas calida cuna, abrigada por mis cuidados y mis pasiones.

    No dejemos que pierda su luz, necesito verla brillar mi Señor...

    A Tus pies

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    Respuestas
    1. Todos, en alguna ocasión, nos vemos acosados por nuestros propios demonios. Todos cargamos con el peso de nuestras decisiones, de nuestras ansias y nuestros lamentos. ¿Quién se ve libre de la pena, la añoranza o el desconsuelo? Todas esas cosas forman parte del ser humano.

      Pero también hay muchas otras cosas, bastante más positivas, que nos alimentan, nos impulsan y nos incitan. Lo negativo siempre ha existido y existirá, hay que tenerlo bien presente, pero no por ello debemos perdernos todo lo bueno que nos ofrece la vida.

      Que así me suceda a tu lado (a riesgo de que me tachen de ñoño) por mucho, mucho tiempo.

      Un beso y un azote, dulce sierva.

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    2. Gracias mi Señor por Tus palabras, porque sé que son sentidas y salen del corazón. Esas que Tu temes que tachen de ñoñas, son sin duda una gran alegría para mí y me hacen muy muy feliz.

      A Tus pies mi Señor

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