Cepos



El cepo es un artilugio de origen medieval destinado a la exposición pública de aquellas personas que hubieran incurrido en faltas no demasiado graves.

Colocados, generalmente en plazas y lugares de paso, estaban pensados no tanto para infligir un castigo físico si no, más bien, para servir como ejemplo al resto de ciudadanos y llamar su atención sobre las consecuencias que podían tener ciertos comportamientos. No obstante, las personas que eran sancionadas de este modo, se veían a merced de las iras del populacho que podía insultarles, escupirles, golpearles o arrojarles todo tipo de inmundicias.


Normalmente siempre se dejaba a un guardia para evitar que algún conocido de la víctima pudiera liberarla y, de paso, velar por que nadie se extralimitara, aunque, respecto a esto último, con bastante frecuencia, solían hacer la vista gorda.


Con una finalidad similar, sin ser de uso tan común y utilizado para castigar otro tipo de delitos,  existía un curioso ingenio conocido como cigüeña. Este artefacto, además de inmovilizar, provocaba al poco rato en aquellos que lo sufrían una serie de calambres en la zonas del abdomen y el recto que, con el paso del cuerpo, se iban haciendo extensibles el resto del cuerpo.


A día de hoy, todavía son muchos los países donde se siguen empleando cepos para la aplicación de los castigos contemplados en sus leyes como puede ser el caso del bastinado o falaka (golpear con una vara de madera o de metal las plantas de los pies) que contempla la ley islámica (“SHARIA”)

Aplicados a una óptica netamente bdsm, cepos existen de muchos tipos y formas muy diversas. Pueden ir desde los más funcionales y sencillos hasta aquellos otros mucho más elaborados. Los materiales utilizados a la hora de darles forma pueden ser también de lo más variado y, dependiendo de su diseño, pueden tener uso de índole muy distinta.


Su función principal, como ya se ha visto, es la de inmovilización, pero conviene no olvidar la utilidad que prestan en el momento de dejar fija y expuesta una determinada zona de nuestr@s sumis@s (con los componentes de indefensión y humillación que este hecho lleva aparejados).

En relación a las partes del cuerpo sobre las que podemos hacer presa, seguro que el modelo que a todos se nos viene a la mente en un primer momento es aquel que se cierra alrededor del cuelo y las muñecas, aunque, también, los hay que dejan sujetas tanto las extremidades, ya sean las superiores o inferiores o que, incluso, permiten sujetarlo todo a la vez (cuello, tobillos y muñecas).


Resulta relativamente fácil confeccionarse uno casero empleando un collar para el cuello, un par de correas para las muñecas y una barra, o listón, que una todo el conjunto restringiendo asía la libertada de movimiento. Sin duda no se trata de un cepo al cien por cien genuino, pero si que puede resultar muy útil, además de contar con la ventaja de no ocupar mucho espacio.

En tiendas especializadas o a través de internet, también podemos hacernos con algunos modelos que, sin dejar de ser muy manejables, ya cuentan con un cierto nivel de solidez y acabado.

A los cepos “clásicos”, por así decirlo, no se les saca todo el partido que serían capaces de ofrecer cuando se ubican en espacios insuficientemente diáfanos ya que precisan de cierta amplitud para su pleno disfrute.


Si disponemos de los materiales y herramientas adecuadas (y, por supuesto, del espacio necesario), podemos atrevernos con estructuras más voluminosas. Los elementos que se pueden utilizar son, prácticamente, infinitos (tablones, estructuras metálicas, elementos de andamiaje, etc…,). Cualquier cosa mientras se tenga una cierta maña y se aplique bastante sentido común.

Algo que debemos tener muy en cuenta  si decidimos poner a prueba nuestra habilidad para el “bricosado” es el no emplear nunca materiales abrasivos y cuidar, muy mucho, que aquellas zonas destinadas a quedar en contacto con el cuerpo se vean libres de aristas vivas o salientes afilados. No está de más recordar que muñecas tobillos y cuello, cuentan con importantes vasos sanguíneos. Por esa misma razón, debemos cerciorarnos de que exista cierta holgura en el momento de cerrar el cepo sobre nuestr@s sometid@s a de fin de no interrumpir el flujo de sangre a las extremidades y, en el caso del cuello, además, evitar el riesgo de asfixia.

Este tipo de artículos también pueden adquirirse por encargo pero, al tratarse de piezas, en muchos casos, totalmente artesanales, su precio puede llegar a ser prohibitivo.

También se podría mencionar aquí a ciertos artefactos que, sin llegar a tratarse exactamente de cepos, si que cumplen una función muy parecida, aunque específica para según que sexo.



En lo que a sumisión masculina se refiere, existe un curioso artilugio, conocido como “humbler”,  que aprisiona y deja notablemente expuestos los testículos de los esclavos, entorpeciendo, al mismo tiempo, la posibilidad de desplazarse con normalidad.


En el caso de las sumisas, son los pechos los que se pueden ver sometidos a cierta clase de confinamiento.

Sobre estos dos últimos ejemplos, conviene recordar que, ambas zonas, por carecer de masa ósea o musculatura, son extremadamente sensibles y que corremos el riesgo de provocar desgarramientos en ellas si no actuamos con la debida precaución.

Estos han sido, solo, algunos de los ejemplos que podréis encontrar si hurgáis un poco por ahí. Creo que os servirán para haceros una idea de qué es lo que podemos encontrarnos y como fuente de inspiración para vuestras fantasías.

Ya me contaréis.

Un saludo.


Comentarios

  1. Buenas tardes Qarpatian...como siempre curiosa tematica la que nos trae hoy...

    Personalmente, con lo trastillo que soy...tan solo la palabra inmovilizacion ya me da como....uuuuuuuuuuuuu....

    No se porque este post suyo me ha dado unas ganicas de portarme bien....¿porque cree que será?jejeje...

    Me retiro ya a mi refugio...que allí....iba a decir que se está "mejor"....pero últimamente hay una mosca cojonera....quizas me podria dejar para ella su humbler????

    Un gran abrazo!

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  2. Tengo yo una foto preciosa en un cepo :) ¡qué recuerdos!

    Besos Qarpatian.

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  3. Qué miedoooooo!!!!!!!!!
    jajajaja!!!
    Muy informativo....

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  4. Pues..., ya sabes dánae, pórtate bien, jejeje.

    Respecto a ese intruso o intrusa que me comentas, bueno, que sería de un blog de este tipo sin una mosca cojonera.

    Lo cierto es que, a mí, aún no me ha entrado nadie de ese modo, pero, tiempo al tiempo.

    De todos modos, paciencia querida amiga. No le hagas mucho caso. A la larga es lo mejor.

    Un besazo y ánimo.

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  5. No sabes como me alegra haber traido a tu mente eso recuerdos tan gratos.

    Un beso para ti también.

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  6. Espero que te haya servido de utilidad, Sweet.

    Un saludo.

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